LOS VIRUS
Un virus
es un agente infeccioso microscópico
que sólo puede multiplicarse dentro de las células de
otros organismos. Los virus infectan todos los tipos de organismos, desde animales y plantas, hasta bacterias
y arqueas.
Los virus son demasiado pequeños para poder ser observados con la ayuda de un microscopio óptico, por lo que se dice que son
submicroscópicos. El primer virus conocido, el virus del mosaico del tabaco, fue
descubierto por Martinus Beijerinck en 1899, y actualmente se han
descrito más de 5.000, si bien algunos autores opinan que podrían existir
millones de tipos diferentes. Los virus se hallan en casi todos los ecosistemas
de la Tierra y son el tipo de entidad biológica más abundante. El estudio de
los virus recibe el nombre de virología,
una rama de la microbiología.
A diferencia
de los priones
y viroides,
los virus se componen de dos o tres partes: su material genético, que porta la
información hereditaria, que puede ser ADN o de ARN; una cubierta proteica
que protege a estos genes —llamada cápside—
y en algunos también se puede encontrar una bicapa lipídica
que los rodea cuando se encuentran fuera de la célula —denominada envoltura vírica—. Los virus varían en su
forma, desde simples helicoides o icosaedros hasta estructuras más complejas. El origen evolutivo
de los virus aún es incierto, algunos podrían haber evolucionado a partir de plásmidos
(fragmentos de ADN que se mueven entre las células), mientras que otros podrían
haberse originado desde bacterias. Además, desde el punto de vista de la evolución de otras especies,
los virus son un medio importante de transferencia horizontal de genes,
la cual incrementa la diversidad genética.
VIRUS DE LA INFLUENZA |
LAS BACTERIAS
Las bacterias son microorganismos
unicelulares
que presentan un tamaño de unos pocos micrómetros (entre 0,5 y 5
μm, por lo general) y
diversas formas incluyendo esferas (cocos), barras (bacilos) y hélices
(espirilos). Las bacterias son procariotas y, por lo tanto, a diferencia de las células
eucariotas (de animales,
plantas,
hongos,
etc.), no tienen el núcleo definido ni presentan, en general, orgánulos
membranosos
internos. Generalmente poseen una pared celular
compuesta de peptidoglicano. Muchas bacterias disponen de flagelos o de otros sistemas de desplazamiento
y son móviles. Del estudio de las bacterias se encarga la bacteriología,
una rama de la microbiología.
Las
bacterias son los organismos más abundantes del planeta. Son ubicuas, se
encuentran en todos los hábitats terrestres y acuáticos; crecen hasta en los más
extremos como en los manantiales de aguas calientes y ácidas, en desechos
radioactivos, en las profundidades tanto del mar como de la corteza
terrestre. Algunas bacterias pueden incluso sobrevivir en las
condiciones extremas del espacio exterior. Se estima que se pueden
encontrar en torno a 40 millones de células bacterianas en un gramo de tierra y un millón de
células bacterianas en un mililitro de agua dulce. En total, se calcula que hay
aproximadamente 5×1030 bacterias en el mundo.
LOS PROTOZOO
Los protozoos,
también llamados protozoarios,
son organismos microscópicos, unicelulares eucarióticos;
heterótrofos, fagótrofos, depredadores o detritívoros,
a veces mixótrofos
(parcialmente autótrofos); que viven en ambientes húmedos o directamente en
medios acuáticos, ya sean aguas saladas o aguas dulces; la reproducción puede
ser asexual por bipartición y también sexual por isogametos o
por conjugación intercambiando material genético. En este grupo encajan taxones
muy diversos con una relación de parentesco remota, que se encuadran en muchos filos distintos del reino Protista,
definiendo un grupo polifilético, sin valor en la clasificación de acuerdo con
los criterios actuales.
Los protozoos se extienden generalmente desde
los 10-50 μm,
pero pueden crecer hasta 1 milímetro, y pueden fácilmente ser vistos a través
de un microscopio.
Se mueven con unas colas en forma de látigo llamadas flagelos. Son de la familia de los protista.
Se han encontrado cerca de 30.000 diversos tipos. Los protozoos existen en
ambientes acuosos y en el suelo, ocupando una gama de niveles tróficos. Como
depredadores, cazan algas, bacterias, y microhongos unicelulares o
filamentosos. Los protozoos desempeñan un papel como los herbívoros y como
consumidores en el acoplamiento del proceso de descomposición de la cadena
alimentaria. Los protozoos también desempeñan un papel vital en poblaciones y
biomasa de las bacterias que controlan. Pueden absorber el alimento a través de
sus membranas celulares. Todos los protozoos digieren su alimento en el
estómago -tienen gusto de los compartimientos llamados las vacuolas. Como
componentes del micro- y del meiofauna, los protozoos son una fuente importante
del alimento para los microinvertebrados. Así, el papel ecológico de protozoos
en la transferencia de la producción bacteriana y algácea a los niveles
tróficos sucesivos es importante. Los protozoos tales como los parásitos de
malaria (Plasmodium spp.), trypanosomes y leishmania son también importantes
como parásitos y symbionts de animales multicelulares. Algunos protozoos tienen
etapas de la vida el alternar entre las etapas proliferativas (e.g.
trophozoites) y los quistes inactivos.
LOS HONGOS
El término Fungi (latín,
literalmente "hongos") designa a un grupo de organismos eucariotas
entre los que se encuentran los mohos, las levaduras y las setas. Se clasifican en un reino distinto al de las plantas, animales
y bacterias.
Esta diferenciación se debe, entre otras cosas, a que poseen paredes
celulares compuestas por quitina,
a diferencia de las plantas, que contienen celulosa
y debido a que algunos crecen y/o actúan como parásitos
de otras especies. Actualmente se consideran como un grupo heterogéneo, polifilético,
formado por organismos pertenecientes por lo menos a tres líneas evolutivas
independientes.
Los hongos
se encuentran en hábitats muy diversos: pueden ser pirófilos (Pholiota carbonaria) o coprófilos (Psilocybe coprophila).
Según su ecología,
se pueden clasificar en cuatro grupos: saprofitos,
liquenizados, micorrizógenos y parásitos. Los hongos
saprofitos pueden ser sustrato específicos: Marasmius buxi o no
específicos: Mycena pura. Los simbiontes pueden ser: hongos liquenizados
Basidiolichenes:
Omphalina ericetorum y ascolichenes: Cladonia coccifera y hongos
micorrízicos: específicos: Lactarius torminosus (solo micorriza con
abedules) y no específicos: Hebeloma mesophaeum. En la mayoría de los
casos, sus representantes son poco conspicuos debido a su pequeño tamaño;
suelen vivir en suelos
y juntos a materiales en descomposición y como simbiontes de plantas, animales u otros
hongos. Cuando fructifican, no obstante, producen esporocarpos
llamativos (las setas son un ejemplo de ello). Realizan una digestión externa
de sus alimentos, secretando enzimas, y que absorben luego las moléculas disueltas
resultantes de la digestión. A esta forma de alimentación se le llama osmotrofia,
la cual es similar a la que se da en las plantas, pero,
a diferencia de aquéllas, los nutrientes que toman son orgánicos. Los hongos son los descomponedores
primarios de la materia muerta de plantas y de animales en muchos ecosistemas,
y como tales poseen un papel ecológico muy relevante en los ciclos biogeoquímicos.
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